miércoles, 28 de noviembre de 2007

A mi me gusta la Murga Uruguaya





La murga uruguaya es un género teatral-musical que consiste en un coro de unas 13 a 17 personas, que, acompañados por una "batería de murga" integrada por: bombo, platillos y redoblante; entona canciones y realiza cuadros musicales (con personajes y línea argumental) donde la temática principal ronda alrededor de los acontecimientos salientes del año, con crítica política y social.
Las murgas son el principal atractivo del carnaval uruguayo. Éste es el carnaval más largo del mundo y convoca durante 40 días a decenas de miles de personas, llegando a vender más entradas que el fútbol en todo el año. También se fomenta como atracción turística hacia países extranjeros. A diferencia de los carnavales en el resto del mundo, caracterizados por sus desfiles callejeros, en Uruguay el carnaval está concebido principalmente como un gran festival de teatro al aire libre, en el que las murgas cumplen un rol central. En los mismos escenarios actúan también otras categorías de agrupaciones de menor trascendencia: humoristas, parodistas, lubolos y revistas.

(Recorte de wikipedia)

domingo, 11 de noviembre de 2007

Un homenaje al genio




Cantinflas siempre es pobre, nunca deja de meterse en problemas y todos sabemos que al final se quedará con la mas linda de la película.

Imposible no quererlo.

martes, 30 de octubre de 2007

La casa de los pájaros


La casa de los pájaros aparecía en las tardes de invierno, cuando caminaba rápido hacia mi casa. Los muros era unas tablas viejas que se sostenían por decenas de gorriones. En ellas todos cantaban. Siempre que pasaba por esa cuadra me decía secretamente: es la casa de los pájaros, es la casa de los pájaros, una canción y no llueve hasta mi casa.

Algunos detestan los pájaros, yo no entiendo como se puede odiar a las criaturas que vuelan.

Tardes atrás decidí sacarle una foto a la casa, pero no pude. Porque se había transformado en la casa de las paredes rojas algunos pájaros en el techo. Seguramente el propietario aburrido debe haber arreglado sus muros. Yo no sé si será bueno o malo, nunca he jugado a ser ambientalista. Solo podría decir que hay que tener cuidado: cualquier día los secretos terminan inexorablemente en ser recuerdos.

martes, 9 de octubre de 2007

miércoles, 26 de septiembre de 2007

miércoles, 19 de septiembre de 2007

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Eran tiempos duros, pero modernos.

Ayer la vi otra vez. Y no me saco ese silbido de la cabeza

martes, 28 de agosto de 2007

Manos partidas (fragmento)

"En primera instancia no me preocupé, a todo el mundo se le parten las manos, pensé, y seguí caminando por el día sin problema. A las pocas horas las manos se pusieron escamosas, me sentía un reptil, y buscaba el sol a toda costa, incluso en los días lluviosos. Aprendí a cambiar de color como las iguanas, pero nunca pude extender la lengua para comer insectos. Olvidé mi nombre y salí al desierto para vivir tranquilo, pero en la ciudad de Santiago no se encuentran desiertos, solo barro y piedras para invernar como las ranas.
Resignado a mi nuevo destino, comencé a cavar mi refugio, mientras progresivamente la piel se fue abriendo, hasta sangrar a gotas en mis manos. Cuando las manos están muy partidas sangran un poco, dicen los que siempre saben, y no pude mas que alejarme de las mañanas y usar litros de crema humectante para volver a mi antigua forma.
De todo esto ya hace un tiempo que no me acuerdo, uso guantes y nunca olvido la bufanda, cada tanto me entra un miedo de que la lana se haga agujeros con el tiempo y entre el frío nuevamente, he sabido que también los labios se parten. Cuando mis manos se las lleve el frío, entonces, ¿quién va a curar los labios partidos?."

sábado, 25 de agosto de 2007

domingo, 19 de agosto de 2007

Libertad bajo palabra

Allá, donde terminan las fronteras, los caminos se borran. Donde empieza el silencio. Avanzo lentamente y pueblo la noche de estrellas, de palabras, de la respiración de un agua remota que me espera donde comienza el alba. Invento la víspera, la noche, el día siguiente que se levanta en su lecho de piedra y recorre con ojos límpidos un mundo penosamente soñado. Sostengo al árbol, a la nube, a la roca, al mar, presentimiento de dicha, invenciones que desfallecen y vacilan frente a la luz que disgrega.
Y luego la sierra árida, el caserío de adobe, la minuciosa realidad de un charco y un pirú estólido, de unos niños idiotas que me apedrean, de un pueblo rencoroso que me señala. Invento el terror, la esperanza, el mediodía - padre de los delirios solares, de las falacias espejeantes, de las mujeres que castran a sus amantes de una hora.
Invento la quemadura y el aullido, la masturbación en las letrinas, las visiones en el muladar, la prisión, el piojo y el chancro, la pelea por la sopa, la delación, los animales viscosos, los contactos innobles, los interrogatorios nocturnos, el examen de conciencia, el juez, la víctima, el testigo. Tú eres esos tres. ¿A quién apelar ahora y con qué argucias destruir al que te acusa? Inútiles los memoriales, los ayes y los alegatos.Inútil tocar a puertas condenadas.
No hay puertas, hay espejos. Inútil cerrar los ojos o volver entre los hombres: esta lucidez ya no me abandona. Romperé los espejos, haré trizas mi imagen -que cada mañana rehace piadosamente mi cómplice, mi delator. La soledad de la conciencia y la conciencia de la soledad, el día a pan y agua, la noche sin agua.
Sequía, campo arrasado por un sol sin párpados, ojo atroz, oh conciencia, presente puro donde pasado y porvenir arden sin fulgor ni esperanza. Todo desemboca en esta eternidad que no desemboca. Allá, donde los caminos se borran, donde acaba el silencio, invento la desesperación, la mente que me concibe, la mano que me dibuja, el ojo que me descubre. Invento al amigo que me inventa, mi semejante; y a la mujer, mi contrario: torre que corono de banderas, muralla que escalan mis espumas, ciudad devastada que renace lentamente bajo la dominación de mis ojos.
Contra el silencio y el bullicio invento la Palabra, libertad que se inventa y me inventa cada día.

Octavio Paz

lunes, 16 de julio de 2007

Un cuento rescatado y lineas que lei en el metro


Istmo lo escribí hace más de dos años, y cuando lo leí ante la academia no dieron comentario.

En el metro ojeaba una revista, de esas que vienen en un diario respetado, conservador y mentiroso. En el articulo había una cita de Ribeyro: "Es penoso irse de este mundo sin haber adquirido una sola certeza. Todo mi esfuerzo se ha reducido a elaborar un inventario de enigmas. He puesto tanto empeño en construir el pedestal que ya no me quedaron fuerzas para levantar la estatua."

Ahora que reviso ese cuento olvidado, muchas cosas podrian mejorarse. Pero las dudas son las mismas, más y las mismas. Mejor dejarlo así.



ISTMO


El papel lo hice yo, es de arroz, pero no te lo comas. Tuve que secarlo al sol y ensayar las palabras en la tierra, no te enojes si se me pasa algún acento, han sido diecisiete años, no importan las faltas menores.
Sé que debes tener canas, te las pintabas temprano para que no me diera cuenta, pero yo podía estar despierta con los ojos cerrados y alcanzaba a ver tu cabello blanco. ¿alguien hará la cama en la mañana cuando hayas partido a trabajar? es una cama muy fría, inmensamente grande, no te imagino invernando en el invierno, podrías enfermar con el frío y no habrá nadie para cuidarte. O quizás si, eres muy tímido, te sonrojabas cuando alguien te miraba con atención, pero han sido diecisiete años, muchas cosas cambian en diecisiete años. Talvez hayas conseguido una esposa buena, otra casa donde mi presencia no esté tan presente. Habrás dejado de teñirte las canas porque ya se te acabaron, no sé, hijos, si ella es joven. Y jugarás en la nieve con ellos, en una nieve parecida a la que ahora me sepulta. Así es, en esta tierra perdida hace poco llovía, y de pronto comenzaron a caer copos de nieve, de cuando en cuando hay que echarle leña a la fogata, cada vez me cuesta más encontrarla. No es que falten árboles, en realidad abundan, en el verano dan una sombra espléndida pero apenas llega el invierno se moja todo y quedan inservibles.

Sé que debes tener preguntas, lo sé, también las tengo y creo no poder respondérmelas todas todavía. Vivíamos bien, nuestra casa estaba en la costa, a pocos pasos de la playa. Tu pescabas por afición y aseábamos por costumbre, pero no era mucho para dos personas que viven sin vecinos ni hijos, algo que nunca nos explicamos. Los primeros años fueron duros, inmóviles pero tranquilos, la casa siempre estaba vacía, muchos males se curan con una casa vacía. Me recordaba cuando era niña y miraba la ventana en la tarde, la miraba todos los días, hasta que tuve la edad para el colegio, entonces ya no tuve tiempo para mirarla y nos cambiamos de casa, probablemente la sacaron, ya nadie podrá ver el árbol que cerca estaba y las figuritas que hacían sus sombras.

Una tarde, (de esas tardes que el sol tiñe de rojo y las nubes parecen irreales) decidí nadar, salí completamente desnuda, (tu habías ido a la ciudad), la arena ardía y me lancé rápidamente sin pensar siquiera, en la profundidad de las aguas o lo cerca de alejarme de la playa. Nadé, nadé, seguí nadando, compulsivamente, como si quisiera sacarme el cuerpo con el agua o limpiarme la somnolencia acumulada. Cuando me volteé ya no se veía la arena y las olas cambiaban de rumbo, mi cuerpo estaba morado, pero aún seguía nadando, hacía cualquier lado, a algún lugar llegaría, siempre se encuentra tierra. Entonces, las olas comenzaron a calmarse y se hizo de noche, unas luces me indicaban tierra y agotada nade hacia la playa. Era un playa igual a la de nosotros, tan limpia y aburrida como la de nosotros, pero no había nadie, era una playa desierta, de esas que ya no hay. Busqué a personas, y encontré una casa, hecha a la imagen y semejanza de la nuestra, entonces lloré, llore días enteros, no sabía si de felicidad o asombro. Hasta que me dio hambre y comí todo lo que encontré, muchas flores y algo de hierba. A veces dormía en la casa, era confortable, pero ya no duermo ahí, prefiero la playa, es menos fría.

No sé cuanto tiempo pasó, habrán sido años o meses, es difícil saberlo, yo tan solo vivía, los árboles me alimentaron, todo era muy igual pero tan diferente. Aseaba menos, pescaba por necesidad, los días eran mi compañía, y ya no estabas tu, que te teñías las canas y habitabas esa cama fría.

Era verano, estaba descansando en la orilla hacía calor, mucho calor y un cuerpo flotaba inconsciente, medio ahogado, en la costa. Todas las palabras empezaban en ti, tuve esperanzas, pero era otro y estaba morado, con cicatrices. Lo cuidé durante mucho tiempo, le regalé las plantas más sabrosas y empezaba a imaginar una vida con hijos y un huerto de trigo. Él no hablaba, pensé que era ciego, y al cabo de un tiempo comenzó a caminar. La noche dormía, y un día cualquiera se lanzó al mar. No lo he vuelto a ver. De todos modos inicié mi huerto de trigo, luego de arroz, es duro domar la naturaleza, pero lo hice y tengo hasta para vender, eso se los doy a los animalitos que a veces vienen a verme.

Cuando los días son iguales uno en esa inmovilidad puede moverse sin problemas, no sé bien como pasó, pero mi piel se arrugó, y mis ropas tuvieron que ser mas gruesas. Las fuerzas decayeron, solo me queda un poco de arroz. Hace dos días, llegó un cuerpo, esta vez estaba muerto, un calendario tenía en el bolsillo, marcaba la fecha de nado. Y ahí lo supe, diecisiete años quien lo diría, ya éramos mayores en aquel entonces, ahora lo somos más, si es que no te has adelantado en la muerte. Fabriqué un barquito (quería lanzar una botella al mar pero aquí no hay) las olas se lo llevaran, a veces pienso que con la arena se hará un istmo, y esa será su ruta, ojalá lo encuentres en la orilla de nuestra playa, confío en que esto suceda. Así podrás saber donde está mi isla, mi huerto y mi casa, siempre quise que lo supieras.

sábado, 9 de junio de 2007

Lira en casa de Lihn.



Increible. Sin comentarios.

domingo, 13 de mayo de 2007

Las palabras del Maestro.

Andrei Tarkovsky fue para mi la primera evidencia de aquello que está más allá de lo visible. El lenguaje de las imagenes, asi como el de las palabras, son eso y otra cosa. En estos tiempos en donde debo memorizar resumenes de manuales para olvidarlos al día siguiente, no es malo escuchar a Tarkovsky.

El espiritu rara vez estuvo tan presente en el cine.



(En el video, extracto de la pelicula de Tarkovsky "Andrei Rublev" Rusia, 1966)

miércoles, 25 de abril de 2007

Hojas Perdidas

El primer y unico silabario que tuve fue comprado en una feria, entre los kilos de fruta y pescado en oferta. En la portada había un niño y una niña leyendo el silabario que tenía en mis manos. Daba envidia no poder descifrar el secreto.

Primero las vocales, luegos frases simples, se avanzaba hasta el premio mayor: los cuentos al final del libro. No conozco a nadie que no se haya conmovido ante "La Codicia" o "Carta de un niño a un amigo", las primeras lecturas siempre serán especiales porque las recorría el asombro.

Las paginas aqui escogidas se recomienda leerlas lento, juntando las letras, aspirando el aire suavemente, recien se está comenzando, queda todo el tiempo del tiempo para las palabras.

La canción del trencito, va dedicada.





sábado, 17 de marzo de 2007

Porque escribí





Hay veces en las cuales uno va al centro sin saber lo que desea, pasea por calles con nombre propios y deambula entre tiendas sabiendo que no comprará nada. Es mala idea andar con algo de dinero en el bolsillo porque siempre en el extravío uno encuentra pequeños tesoros que dejan sin almuerzo algunos días.
Lom una vez editó un libro de este poeta en una pequeña version llamada "Antología de paso". La primera aproximación a Lihn fue con ese libro, lamento no tenerlo todavía, debido a que un compañero de colegio me lo sacó de la mochila en clase de matematicas y la profesora injustamente se lo quitó, quitandome a Lihn hasta ahora.

Habia otra antologia del fondo economico? de cultura que entre el alto precio y la escasez de ejemplares era dificil de encontrar.

Por esos paseos sin rumbo de los viernes lo encontré en una venta de bodega. El precio seguía siendo alto. Lei el primer poema del libro. Me era conocido. Celeste hija de la tierra. (acá viene una descripcion de como el sujeto lo lee y se queda algun tiempo parado en la libreria estupefacto ante la experiencia poetica, ojos humedos sin pensar en nada. Solo en Lihn, el poeta)

Me lo compré sin culpa.



Celeste hija de la tierra

No es lo mismo estar solo que estar solo
en una habitación de la que acabas de salir
como el tiempo: pausada, fugaz, continuamente
en busca de mi ausencia, porque entonces
empiezo a comprender que soy un muerto
y es la palabra, espejo del silencio
y la noche, el fruto del día, su adorable secreto revelado por fin.

Tendría que empezar a ser de nuevo
para aceptar el mundo como si no fuese
solamente lo único que conservo de ti,
tendría que olvidarme
como se olvida lo más negro de un sueño,
soplar en mi conciencia hasta apagar mi imagen,
cerrar los ojos frente a los espejos,
deshacerme y hacerme, soñar siempre con otro,
morirme de mí mismo
para no recordarte a cada instante
como el ciego recuerda la luz y el condenado a muerte
la vida, toda ella, en un abrir y cerrar de ojos,
porque estás más adentro de mí que yo mismo
o existo porque existes
o yo no sé quién soy desde que sé quien eres.

No es lo mismo estar solo que estar sin ti, conmigo
con lo que permanece de mí si tú me dejas:
alguien, no, quizás algo: el aspecto de un hombre, su retrato
que el viento de otro mundo dispersa en el espacio
lleno de tu fantasma desgarrador y dulce.

Monstruo mío, amor mío,
dondequiera que estés, con quienquiera que yazgas
abre por un instante los ojos en mi nombre
e, iluminada por tu despertar,
dime, como si yo fuese la noche,
qué debo hacer para volver a odiarte,
para no amar el odio que te tengo.

Es inútil
buscar a tu enemigo en el infierno
suyo y de esta ciudad, allí donde la música agoniza
larga, ruidosamente en el silencio
y beber en su vaso para verte
con su mirada azul, roja de odio,
el vino que refleja su secreta agonía,
la que en su corazón en ruinas danza
a la luz de una luna tan desnuda como ella
con la misma afrentosa lascivia de la luna
que no se muestra al sol, pero acepta su fuego,
esa virgen tatuada
por los siete pecados capitales
no eres tú o eres otra;
alguien, quizá yo mismo, entonces toca
mi frente y me despierto como el fuego en la noche,
en toda mi pureza,
con tu nombre verídico en los labios.

ENRIQUE LIHN

domingo, 4 de marzo de 2007

Si no la vio, matese! (pero rapido)

Una de las razones para amar el cine

Título original: Les quatre cents coups
Dirección: Francois Truffaut
Guión: Francois Truffaut y Marcel Moussy
Producción: Les Films Du Carrose-SEDIF
Fotografía: Henri Decae
Montaje: Marie-Josèphe Yoyotte
Música: Jean-Claude Marchetti
Intérpretes: Jean-Pierre Léaud (Antoine Doinel), Claire Maurier (Gilbert Doinel, la madre), Albert Rémy (el padrastro), Patrick Auffay (René Bigey), Georges Flamant (Monsieur Bigey), Yvonne Claudie (Madame Bigey), Guy Decomble (profesor de francés)


domingo, 25 de febrero de 2007

domingo, 18 de febrero de 2007

La belleza de un sueño de 100 años

Ignoro al cineasta de este cortometraje, en el principio del cine cuando este era una atracción de feria no encontramos grandes autores ni un estilo propio bien definido. Solo bastan unas cuantas fotos puestas a una cierta velocidad sobre una tela para que nos quedemos hipnotizados ante esa ventana que dura unos minutos abierta.

El cortometraje trae la novedad del color, pintado a mano, fotograma a fotograma, y deja un aire de la Belle epoque que pronto se extinguiria con la primera guerra mundial. Espero que lo disfruten.



martes, 13 de febrero de 2007

La poesia curativa


En el libro "Permiso para vivir" de Alfredo Bryce Echenique, aparece en "seccion de epigrafes de Konstantino Kavafis" lo siguiente:


La delicia y el perfume de mi vida es la memoria

de esas horas

en que encontré y retuve el placer tal como

lo deseaba.

Delicias y perfumes de mi vida, para mí que odié.

los goces y los amores rutinarios.


Nada me retuvo. Me liberé y me fui.

Hacia placeres que estaban

tanto en la realidad como en mi ser,

a través de la noche iluminada.

Y bebí un vino fuerte, como

sólo los audaces beben el placer.




Dada la cercanía de ciertas fechas, dejo acá la pomada que lo cura todo. "Wira Sacha". Pruebela, hace bien.



miércoles, 24 de enero de 2007

CINE, CHAMANISMO Y ALQUIMIA

Por Jim Morrison (si, el cantante de "The doors")


¨...Los films son una colección de imágenes muertas a la que se insemina artificialmente.

Los espectadores cinematográficos son vampiros tranquilos.

El cine es la más totalitaria de las artes. Toda energía y sensación es absorbida por la erección cerebral, la calavera abarrotada de sangre. Calígula deseaba que todos sus súbditos tuvieran un único cuello, para poder descabezar al reino con un sólo golpe. El cine es ese agente transformador. El cuerpo existe sólo para beneficio de los ojos; se convierte en un sostén seco, para sostener a esas dos suaves, insaciables joyas.

El cine confiere una suerte de espuria eternidad.

Cada film depende de todos los demás y te conduce a otros. El cine era una novedad, un juguete científico, hasta que se amasó un cuerpo suficiente de trabajos, suficiente para crear un mundo alterno e intermitente, una poderosa, infinita mitología en la que uno puede sumergirse a voluntad.

La atracción del cine reside en el miedo a la muerte.

El mayor cuerpo de films ha sido creado por el Oriente moderno. El cine es la nueva forma de tradición antigua -las sombras chinescas. Aun su teatro es una imitación de esa tradición. Nacido en la India o en China, el juego de las sombras estaba vinculado al rito religioso, a las celebraciones que se centraban sobre la cremación de los muertos.

Es incorrecto pensar, como algunos lo han hecho, que el cine pertenece a las mujeres. El cine fue creado por hombres para lo consolación de los hombres.

Las sombras chinescas estaban reservadas, originalmente, para un público masculino. Los hombres podían observar el juego onírico de cualquier lado de lo pantalla. Cuando se admitió a las mujeres más tarde, se les permitió sólo observar a las sombras.

Fantasmagoría, linternas mágicas, espectáculos sin sustancia. Lograban completas experiencias sensoriales a través del ruido, el incienso, la luz, el agua. Llegará un tiempo en el que asistiremos a Teatros de Clima para recordar la sensación que derivaba de la lluvia.

El cine se ha desarrollado por dos vías.

Una es el espectáculo. Como la fantasmagoría, su objetivo es crear un mundo sensorial que pueda sustituir al mundo real.

El otro es el peep-show, que reclama para sí lo erótico y la observación despojada de la vida real, e imita al agujero de la cerradura o la ventana del voyeur sin necesitar de color, ruido, espectacularidad.

El cine tiene sus más profundas afinidades no con la pintura, la literatura o el teatro, sino con los pasa-tiempos populares -la historieta, el ajedrez, los mazos de cartas francesas o de Tarot, las revistas y los tatuajes.

El espectador es un animal moribundo.

...Ya no hay ¨bailarines¨ poseídos. La separación del hombre entre actor y espectador es el hecho central de nuestro tiempo. Estamos obsesionados con héroes que viven por nosotros, y a los que castigamos. Si todas las radios y televisiones fueran privados de sus fuentes de poder, todos los libros y pinturas quemados mañana, todos los shows y cines cerrados, todas las artes de la existencia delegadas en otros...

Nos conformamos con lo ¨dado¨en la búsqeda de la sensación. Hemos sido transformados, de un cuerpo loco bailando en las colinas a un par de ojos que contempla en la oscuridad.

...A través de la ventriloquía, los gestos, el juego con objetos y todas las variaciones del cuerpo en el espacio, el shamán describía su ¨viaje¨a una audiencia que, desde este modo, no compartía con él.

Durante el concilio tribal, el shamán era el líder. Un pánico sensual, deliberadamente provocado a través de drogas, cánticos, danza, llevaba al shamán hasta el estado de trance. Una voz distinta, movimiento convulsivo. Actúa como un loco. Estos histéricos profesionales, escogidos precisamente por su inclinación hacia la psicosis, fueron estimados en alguna época. Mediaban entre los hombres y el mundo de los espíritus. Sus viajes mentales constituían el eje de la vida religiosa de la tribu.

Es incorrecto asumir que el arte necesita del espectador para ser. El film sigue su camino sin que haya ojos. El espectador no puede existir sin él. Asegura su existencia.

Los multimedia son comedias tristes, invariablemente. Operan como una suerte de colorida terapia grupal, un encuentro doloroso entre actores y espectadores, una semimasturbacíón recíproca.

Los primeros cineastas, quienes -como los alquimistas- se deleitaban en el deliberado ocultamiento de su arte, lo hacían para que sus habilidades no fueran percibidas por testigos profanos.

Separar, purificar, reunir. La fórmula del Ars Magna y su heredero, el cine.

La cámara es una máquina andrógina, una suerte de hermafrodita mecánico.

Pocos defenderían una mirada hacia la Alquimia como la “Madre de la Química”, y confundirían su verdadero objetivo con aquellas artes referidas a los metales externos. La Alquimia es una ciencia erótica, involucrada con aspectos enterrados de la realidad, dispuesta a purificar y transformar todo ser, toda materia. No sugerir que las operaciones sobre la materia han sido abandonadas alguna vez. El adepto se aferra tanto al mundo místico como al físico.

Los alquimistas detectan en la actividad sexual del hombre una correspondencia con la creación del mundo, con el crecimiento de los plantas y con las formaciones minerales. Cuando ven la unión de lluvia y tierra, la ven en un sentido erótico, como copulación. Y esto se extiende a todos los reinos naturales de la materia. Porque ellas pueden representar romances entre los elementos químicos y las estrellas, romances entre las piedras, o la fertilidad del fuego.

Extrañas, fértiles son las correspondencias que los alquimistas sintieron en los más extraños órdenes de la existencia. Entre hombres y planetas, plantas y gestos, palabras y clima. Estas conexiones perturbadoras: el llanto de un niño y un cordón de seda; la espiral de una oreja y una aparición de perros en el patio; la cabeza de una mujer vencida por el sueño y la danza matinal de los caníbales; éstas son conjunciones que trascienden la estéril señal de cualquier montaje “voluntario”. Estas yuxtaposiciones de objetos, sonidos, acciones, colores, armas, heridas y olores brillan en una forma impensada, imposible.

El film, entonces, no es sino una iluminación de esta cadena del ser que hace que una aguja suspendida sobre la carne nos haga imaginar explosiones en una capital del extranjero.

El cine, heredero de la alquimia, la última de las ciencias eróticas. (*)

(*) Fuente: Jim Morrison, The doors, Una alegoría americana, de Marcelo Frigueras, Buenos Aires, Editora AC.

martes, 16 de enero de 2007

IN MEMORIAM


Leí en un libro que su cadáver estaba enterrado en un pueblo cercano. Decía él, paginas más adelante, que el poeta luchaba contra el tiempo y el olvido. Las guerras más irresistibles son las que se anuncian ya perdidas.

A Jorge Teillier nunca lo conocí, cuando él moría en La Ligua yo entonces tenia nueve años. En ese tiempo no se hablaba de poemas porque aún teníamos poesía. Pero después, quizá ocho o nueve años mas tarde, su figura se fue haciendo cada vez más importante.

Habitar el mundo poético de Teillier es siempre un reencuentro con lo perdido. Con los otoños, las fogatas, la infancia y las reinas de otras primaveras. Sus sueños no pertenecen a un mundo que nunca existió sino a uno del cual fue extirpado.

El primer libro que me compré de él fue una antología publicada por la Universidad de Santiago, estuvo raptado algunos días de Enero ( ¡ah cuantos soles había en ese enero!) y recién recuperado encontré un poema que empezaba así:

"Cuando yo no era poeta
por broma dije que lo era.
Yo no había escrito ningun verso
pero admiraba el sombrero alón
del poeta del pueblo.
Una mañana me encontré en la calle con mi vecina.
Ella me preguntó si de verdad era poeta.
Ella tenía catorce años.
Esa vez llevaba un ramo de ilusiones.
Despues una anémona en el pelo.
La tercera vez un gladiolo entre los labios.
La cuarta vez no llevaba ninguna flor,
yo le pregunte el significado de eso a las flores de la plaza
que no supieron responderme.

Ella había traducido para mí poemas de Ferdinand von Saar.
Yo no le dí nada a cambio.
No quería desprenderme ni de una hoja de cuaderno.

Sus ojos disparaban balas de amor calibre 44.
Eso me daba insomnio.
Me encerré mucho tiempo en mi pieza.


Cuando salí la halle en la plaza y no me saludo.
Volví a mi casa y escribí mi primer poema"

En la madrugada del lunes decidí visitar sus restos, en el terminal tome uno de esos buses verdes y en dos horas me dejó ahí en el pueblo mismo. Le pregunté a un viejo donde se encontraba el cementerio, (supuse que él lo sabría mejor) y me dijo que si caminaba derecho por un camino imperdible llegaria rapido. En lo mas alto estaba el cementerio, como vigilando, y no habian ni cuidadores, ni viudas, ni gente llorando, el cementerio estaba solo con todos los muertos. Caminé por la calle principal, ahí donde se encuentran enterrados los poderosos y me quedé un rato leyendo nombres que ya no existen. Al final, en el fondo muy cerca del muro decía: Jorge Teillier. Poeta.

Corrió un viento, el viento de los locos.

Saque un libro y en frente de la lapida me puse a leer sus poemas en voz alta. No me gustan las cosas así. Pero no había otra forma de decir gracias.



"Me despido de los amigos silenciosos
a los que sólo les importa saber
dónde se puede beber algo de vino,
y para los cuales todos los días
no son sino un pretexto
para entonar canciones pasadas de moda.
Me despido de una muchacha
que sin preguntarme si la amaba o no la amaba
caminó conmigo y se acostó conmigo
cualquiera tarde de esas que se llenan
de humaredas de hojas quemándose en las acequias.
Me despido de una muchacha
cuyo rostro suelo ver en sueños
iluminado por la triste mirada
de trenes que parten bajo la lluvia.
Me despido de la memoria
y me despido de la nostalgia
-la sal y el agua
de mis días sin objeto -
y me despido de estos poemas:
palabras, palabras -un poco de aire
movido por los labios- palabras
para ocultar quizás lo único verdadero:
que respiramos y dejamos de respirar."
De Despedida.

miércoles, 10 de enero de 2007

Steichen o la fotografia de un sueño.






(Francois Truffaut dijo una vez que con los adelantos tecnicos del cine, cuanto más se ganaba en realidad, igualmente se perdía en poesía.)



Acá una semblanza del artista tomada de "Fotografia del Siglo xx" excelente libro editado por Taschen, que a juicio de muchos es un continuo orgasmo visual. Que lo disfruten.

1879 Luxemburgo- 1973 West Redding, Connecticut

Edward Steichen. Nacido en Luxemburgo, creció en los EEUU de Norteamérica, adonde su familia habia emigrado en 1881. Estudió bellas artes con Richard Lorenz y Robert Schade en la Milwaukee Art Student’s League, de 1894 a 1898, e hizo un aprendizaje en un establecimiento tipográfico de Milwaukee. Paralelamente a la pintura, Steichen se interesaba por la fotografía, y en 1895 comenzó a trabajar en el estilo de la fotografía artística.

Durante los años siguientes participó con gran éxito en algunas exposiciones fotográficas de los EEUU de Norteamérica y Europa. Pese a su temprano entusiasmo por la fotografía, Steichen no abandonó su carrera de pintor. En un autorretrato de juventud, realizado en 1901, Steichen llama la atención sobre su papel doble: toma la actitud de un pintor, aunque está haciendo la obra de fotógrafo. Manifiestamente, el aura que rodeaba tradicionalmente a la función de pintor le parecía mas propicia que la actividad de fotógrafo para representar el genio artístico. Sin embargo, terminó optando por la fotografía. En 1923 llegó al extremo de renunciar totalmente a su vocación de pintor, quemando con sus propias manos sus cuadros, o al menos aquellos que aun se encontraban en su poder.

Steichen formó parte, en 1902, del grupo de fundadores de la “Photo Secession” de Nueva York, que había puesto en marcha Alfred Stieglitz. Gracias a una estadia de varios años en Paris y a la amplitud de sus viajes por Europa, Steichen pudo familiarizarse con el arte de vanguardia de esos países, sirviendo así de intermediario para exponer esos artistas en los Estados Unidos, particularmente en la celebre Galleria 291 de Nueva York, que tenia Stieglitz a su cargo.

Durante la Primera Guerra Mundial, Steichen fue fotógrafo del ejercito del aire y de la marina, una actividad que iba a transformar radicalmente su estilo fotográfico. La precisión exigida en las tomas aéreas agudizó su mirada y le enseñó a apreciar la belleza de una fotografía directa, carente de manipulaciones.

En 1923, Steichen ingresó como fotografo jefe a la editorial CondéNast, donde fue especialmente responsable de las revistas de moda “Vanity Fair” y “Vogue”. El artista fue uno de los fotógrafos de moda y retratistas mejor pagados de su época. Después de la Segunda Guerra Mundial, Steichen, que tenia 67 años, inició una segunda carrera: fue nombrado director del Departamento de Fotografía del Museo de Arte Moderno de Nueva York, donde organizó una gran numero de exposiciones. “The family of Man”, que no solo representaba un concepto del arte fotográfico, sino también un ideal moral, le aportó un éxito mundial. La exposición estaba llamada a ser “un espejo de la unida fundamental del hombre en el mundo entero”.

sábado, 6 de enero de 2007

El Nadaismo (Recorte de una pagina web)



E
l Nadaismo, se constituyó en los años 60 en la más irreverente propuesta literaria contra el ambiente cultural establecido, la academia, la iglesia y la tradición colombiana, acorde con varios movimientos vanguardistas que se gestaban de forma paralela en América latina y el mundo.
Liderado por Gonzalo Arango El Nadaismo reclutó a varios jóvenes de distintas regiones del país, quienes redactaron varios Manifiestos con sus propuestas y apreciaciones del entorno.
La muerte trágica de su fundador Gonzalo Arango y de varios de sus integrantes, hizo que el movimiento nadaista llegará a su fin de manera prematura dejando su iconoclasia como legado al parnaso literario colombiano.
Autores como Mario Rivero, Eduardo Gómez, Germán Espinosa, José Manuel Arango, Giovanni Quessep entre otros, marcharon cronológicamente con los nadaistas pero estética y literariamente mantuvieron su independencia e insularidad, tanto en sus vidas como en sus obras.



LA SALVAJE ESPERANZA/
GONZALO ARANGO (1931-1976)

Eramos dioses y nos volvieron esclavos.
Eramos hijos del Sol y nos consolaron con medallas de lata.
Eramos poetas y nos pusieron a recitar oraciones pordioseras.
Eramos felices y nos civilizaron.
Quién refrescará la memoria de la tribu.
Quién revivirá nuestros dioses.
Que la salvaje esperanza sea siempre tuya,
querida alma inamansable.


PALABRAS A UN AMIGO QUE SE LLAMA DIOS / Mario Rivero (1935-)

1962
un día cualquiera
los hombres han puesto en órbita
otra cápsula
El astronauta dijo que la tierra
es una bolita azul con tempestades
y que Tú no estabas ni dentro ni fuera
Crece el día
el estroncio 90 está en la respiración
está en la luz
cae sobre los burros y su carga de flores
Crece el día
El sol se estira en lenguas dulces
sobre el campo
quema la piel del agua y de los amantes
y un vaho de fornicación asciende
crece el día
Uno no se cansa de estar vivo
aunque se siga anudando la corbata
aunque se sienta el tableteo
de las ametralladoras
aunque la muerte caiga engordando la tierra
En fin amigo Dios
es 1962
en todos los almanaques
y pueblos oscuros siguen envueltos en su fiebre
construimos casas y bombarderos
que tienen extendidas bajo las alas
las ciudades que no conocemos
No tengo más que contarte
estoy solo como un recién llegado
tal vez me compre un elefantico
para regalarle a alguien
y aunque Tú no estés ni dentro ni fuera
te pido desde mis dientes de maíz
que nadie se vaya en el verano
Amigo Dios
Tú que hiciste el mundo en siete días
que de tu mano salieron
mansos valles y delgadas colinas
yo te pido por todos
los que no dicen nada
Te cuento desde este bosque
que nadie parece malo
cuando atraviesa una avenida
o piensa que fue niño
Yo los he visto amigo Dios corroerse
y descender como una avalancha
cuando el crepúsculo toma posesión de la ciudad
persiguiendo los días
que se les fueron uno tras otro
hacer el amor y luego sonreír
al secarse los órganos con una toallita de papel
inocentes y hostiles a la humedad de sus cuerpos
Limosnear constelaciones y veranos
sin saber que el mundo ya está viejo
bajo su apaciguamiento de eternidad
y que la bomba caerá
¿Caerá la bomba sobre la bolita azul?


EN LA EDAD SOMBRÍA / NICOLÁS SUESCUN (1937)

somos los hombres al borde del abismo
somos los hombres de la edad sombría
somos los hombres al borde del abismo
donde siempre hemos estado y estaremos
y no es abismo sino pantano espeso
somos los hombres de la edad sombría
más cerca del fin y lejos del principio
y no es abismo sino pantano espeso
donde siempre hemos estado y estaremos
hundiéndonos cada vez más hondo
en la densa manigua de la edad sombría.




viernes, 5 de enero de 2007

El por que, el para que.

Aprovechando las características de este medio, me parece interesante publicar textos que por diferentes cuestiones pasarían inadvertidos al lector. Hay muchas paginas que los años y el prejuicio han sepultado. Es cuestión de ir rastreando nombres, pasarse tarde en cajones de libros usados e ir separando lo que a pesar de las décadas sigue siendo importante.

Si usted desea cooperar, envíe al mail jaelvaldivia@gmail.com.

Por sus futuros comentarios, gracias.

P.d: El titulo del blog es un homenaje al cantautor uruguayo, Leo Masliah. Si no lo escuchó: Escúchelo.