miércoles, 24 de enero de 2007

CINE, CHAMANISMO Y ALQUIMIA

Por Jim Morrison (si, el cantante de "The doors")


¨...Los films son una colección de imágenes muertas a la que se insemina artificialmente.

Los espectadores cinematográficos son vampiros tranquilos.

El cine es la más totalitaria de las artes. Toda energía y sensación es absorbida por la erección cerebral, la calavera abarrotada de sangre. Calígula deseaba que todos sus súbditos tuvieran un único cuello, para poder descabezar al reino con un sólo golpe. El cine es ese agente transformador. El cuerpo existe sólo para beneficio de los ojos; se convierte en un sostén seco, para sostener a esas dos suaves, insaciables joyas.

El cine confiere una suerte de espuria eternidad.

Cada film depende de todos los demás y te conduce a otros. El cine era una novedad, un juguete científico, hasta que se amasó un cuerpo suficiente de trabajos, suficiente para crear un mundo alterno e intermitente, una poderosa, infinita mitología en la que uno puede sumergirse a voluntad.

La atracción del cine reside en el miedo a la muerte.

El mayor cuerpo de films ha sido creado por el Oriente moderno. El cine es la nueva forma de tradición antigua -las sombras chinescas. Aun su teatro es una imitación de esa tradición. Nacido en la India o en China, el juego de las sombras estaba vinculado al rito religioso, a las celebraciones que se centraban sobre la cremación de los muertos.

Es incorrecto pensar, como algunos lo han hecho, que el cine pertenece a las mujeres. El cine fue creado por hombres para lo consolación de los hombres.

Las sombras chinescas estaban reservadas, originalmente, para un público masculino. Los hombres podían observar el juego onírico de cualquier lado de lo pantalla. Cuando se admitió a las mujeres más tarde, se les permitió sólo observar a las sombras.

Fantasmagoría, linternas mágicas, espectáculos sin sustancia. Lograban completas experiencias sensoriales a través del ruido, el incienso, la luz, el agua. Llegará un tiempo en el que asistiremos a Teatros de Clima para recordar la sensación que derivaba de la lluvia.

El cine se ha desarrollado por dos vías.

Una es el espectáculo. Como la fantasmagoría, su objetivo es crear un mundo sensorial que pueda sustituir al mundo real.

El otro es el peep-show, que reclama para sí lo erótico y la observación despojada de la vida real, e imita al agujero de la cerradura o la ventana del voyeur sin necesitar de color, ruido, espectacularidad.

El cine tiene sus más profundas afinidades no con la pintura, la literatura o el teatro, sino con los pasa-tiempos populares -la historieta, el ajedrez, los mazos de cartas francesas o de Tarot, las revistas y los tatuajes.

El espectador es un animal moribundo.

...Ya no hay ¨bailarines¨ poseídos. La separación del hombre entre actor y espectador es el hecho central de nuestro tiempo. Estamos obsesionados con héroes que viven por nosotros, y a los que castigamos. Si todas las radios y televisiones fueran privados de sus fuentes de poder, todos los libros y pinturas quemados mañana, todos los shows y cines cerrados, todas las artes de la existencia delegadas en otros...

Nos conformamos con lo ¨dado¨en la búsqeda de la sensación. Hemos sido transformados, de un cuerpo loco bailando en las colinas a un par de ojos que contempla en la oscuridad.

...A través de la ventriloquía, los gestos, el juego con objetos y todas las variaciones del cuerpo en el espacio, el shamán describía su ¨viaje¨a una audiencia que, desde este modo, no compartía con él.

Durante el concilio tribal, el shamán era el líder. Un pánico sensual, deliberadamente provocado a través de drogas, cánticos, danza, llevaba al shamán hasta el estado de trance. Una voz distinta, movimiento convulsivo. Actúa como un loco. Estos histéricos profesionales, escogidos precisamente por su inclinación hacia la psicosis, fueron estimados en alguna época. Mediaban entre los hombres y el mundo de los espíritus. Sus viajes mentales constituían el eje de la vida religiosa de la tribu.

Es incorrecto asumir que el arte necesita del espectador para ser. El film sigue su camino sin que haya ojos. El espectador no puede existir sin él. Asegura su existencia.

Los multimedia son comedias tristes, invariablemente. Operan como una suerte de colorida terapia grupal, un encuentro doloroso entre actores y espectadores, una semimasturbacíón recíproca.

Los primeros cineastas, quienes -como los alquimistas- se deleitaban en el deliberado ocultamiento de su arte, lo hacían para que sus habilidades no fueran percibidas por testigos profanos.

Separar, purificar, reunir. La fórmula del Ars Magna y su heredero, el cine.

La cámara es una máquina andrógina, una suerte de hermafrodita mecánico.

Pocos defenderían una mirada hacia la Alquimia como la “Madre de la Química”, y confundirían su verdadero objetivo con aquellas artes referidas a los metales externos. La Alquimia es una ciencia erótica, involucrada con aspectos enterrados de la realidad, dispuesta a purificar y transformar todo ser, toda materia. No sugerir que las operaciones sobre la materia han sido abandonadas alguna vez. El adepto se aferra tanto al mundo místico como al físico.

Los alquimistas detectan en la actividad sexual del hombre una correspondencia con la creación del mundo, con el crecimiento de los plantas y con las formaciones minerales. Cuando ven la unión de lluvia y tierra, la ven en un sentido erótico, como copulación. Y esto se extiende a todos los reinos naturales de la materia. Porque ellas pueden representar romances entre los elementos químicos y las estrellas, romances entre las piedras, o la fertilidad del fuego.

Extrañas, fértiles son las correspondencias que los alquimistas sintieron en los más extraños órdenes de la existencia. Entre hombres y planetas, plantas y gestos, palabras y clima. Estas conexiones perturbadoras: el llanto de un niño y un cordón de seda; la espiral de una oreja y una aparición de perros en el patio; la cabeza de una mujer vencida por el sueño y la danza matinal de los caníbales; éstas son conjunciones que trascienden la estéril señal de cualquier montaje “voluntario”. Estas yuxtaposiciones de objetos, sonidos, acciones, colores, armas, heridas y olores brillan en una forma impensada, imposible.

El film, entonces, no es sino una iluminación de esta cadena del ser que hace que una aguja suspendida sobre la carne nos haga imaginar explosiones en una capital del extranjero.

El cine, heredero de la alquimia, la última de las ciencias eróticas. (*)

(*) Fuente: Jim Morrison, The doors, Una alegoría americana, de Marcelo Frigueras, Buenos Aires, Editora AC.

martes, 16 de enero de 2007

IN MEMORIAM


Leí en un libro que su cadáver estaba enterrado en un pueblo cercano. Decía él, paginas más adelante, que el poeta luchaba contra el tiempo y el olvido. Las guerras más irresistibles son las que se anuncian ya perdidas.

A Jorge Teillier nunca lo conocí, cuando él moría en La Ligua yo entonces tenia nueve años. En ese tiempo no se hablaba de poemas porque aún teníamos poesía. Pero después, quizá ocho o nueve años mas tarde, su figura se fue haciendo cada vez más importante.

Habitar el mundo poético de Teillier es siempre un reencuentro con lo perdido. Con los otoños, las fogatas, la infancia y las reinas de otras primaveras. Sus sueños no pertenecen a un mundo que nunca existió sino a uno del cual fue extirpado.

El primer libro que me compré de él fue una antología publicada por la Universidad de Santiago, estuvo raptado algunos días de Enero ( ¡ah cuantos soles había en ese enero!) y recién recuperado encontré un poema que empezaba así:

"Cuando yo no era poeta
por broma dije que lo era.
Yo no había escrito ningun verso
pero admiraba el sombrero alón
del poeta del pueblo.
Una mañana me encontré en la calle con mi vecina.
Ella me preguntó si de verdad era poeta.
Ella tenía catorce años.
Esa vez llevaba un ramo de ilusiones.
Despues una anémona en el pelo.
La tercera vez un gladiolo entre los labios.
La cuarta vez no llevaba ninguna flor,
yo le pregunte el significado de eso a las flores de la plaza
que no supieron responderme.

Ella había traducido para mí poemas de Ferdinand von Saar.
Yo no le dí nada a cambio.
No quería desprenderme ni de una hoja de cuaderno.

Sus ojos disparaban balas de amor calibre 44.
Eso me daba insomnio.
Me encerré mucho tiempo en mi pieza.


Cuando salí la halle en la plaza y no me saludo.
Volví a mi casa y escribí mi primer poema"

En la madrugada del lunes decidí visitar sus restos, en el terminal tome uno de esos buses verdes y en dos horas me dejó ahí en el pueblo mismo. Le pregunté a un viejo donde se encontraba el cementerio, (supuse que él lo sabría mejor) y me dijo que si caminaba derecho por un camino imperdible llegaria rapido. En lo mas alto estaba el cementerio, como vigilando, y no habian ni cuidadores, ni viudas, ni gente llorando, el cementerio estaba solo con todos los muertos. Caminé por la calle principal, ahí donde se encuentran enterrados los poderosos y me quedé un rato leyendo nombres que ya no existen. Al final, en el fondo muy cerca del muro decía: Jorge Teillier. Poeta.

Corrió un viento, el viento de los locos.

Saque un libro y en frente de la lapida me puse a leer sus poemas en voz alta. No me gustan las cosas así. Pero no había otra forma de decir gracias.



"Me despido de los amigos silenciosos
a los que sólo les importa saber
dónde se puede beber algo de vino,
y para los cuales todos los días
no son sino un pretexto
para entonar canciones pasadas de moda.
Me despido de una muchacha
que sin preguntarme si la amaba o no la amaba
caminó conmigo y se acostó conmigo
cualquiera tarde de esas que se llenan
de humaredas de hojas quemándose en las acequias.
Me despido de una muchacha
cuyo rostro suelo ver en sueños
iluminado por la triste mirada
de trenes que parten bajo la lluvia.
Me despido de la memoria
y me despido de la nostalgia
-la sal y el agua
de mis días sin objeto -
y me despido de estos poemas:
palabras, palabras -un poco de aire
movido por los labios- palabras
para ocultar quizás lo único verdadero:
que respiramos y dejamos de respirar."
De Despedida.

miércoles, 10 de enero de 2007

Steichen o la fotografia de un sueño.






(Francois Truffaut dijo una vez que con los adelantos tecnicos del cine, cuanto más se ganaba en realidad, igualmente se perdía en poesía.)



Acá una semblanza del artista tomada de "Fotografia del Siglo xx" excelente libro editado por Taschen, que a juicio de muchos es un continuo orgasmo visual. Que lo disfruten.

1879 Luxemburgo- 1973 West Redding, Connecticut

Edward Steichen. Nacido en Luxemburgo, creció en los EEUU de Norteamérica, adonde su familia habia emigrado en 1881. Estudió bellas artes con Richard Lorenz y Robert Schade en la Milwaukee Art Student’s League, de 1894 a 1898, e hizo un aprendizaje en un establecimiento tipográfico de Milwaukee. Paralelamente a la pintura, Steichen se interesaba por la fotografía, y en 1895 comenzó a trabajar en el estilo de la fotografía artística.

Durante los años siguientes participó con gran éxito en algunas exposiciones fotográficas de los EEUU de Norteamérica y Europa. Pese a su temprano entusiasmo por la fotografía, Steichen no abandonó su carrera de pintor. En un autorretrato de juventud, realizado en 1901, Steichen llama la atención sobre su papel doble: toma la actitud de un pintor, aunque está haciendo la obra de fotógrafo. Manifiestamente, el aura que rodeaba tradicionalmente a la función de pintor le parecía mas propicia que la actividad de fotógrafo para representar el genio artístico. Sin embargo, terminó optando por la fotografía. En 1923 llegó al extremo de renunciar totalmente a su vocación de pintor, quemando con sus propias manos sus cuadros, o al menos aquellos que aun se encontraban en su poder.

Steichen formó parte, en 1902, del grupo de fundadores de la “Photo Secession” de Nueva York, que había puesto en marcha Alfred Stieglitz. Gracias a una estadia de varios años en Paris y a la amplitud de sus viajes por Europa, Steichen pudo familiarizarse con el arte de vanguardia de esos países, sirviendo así de intermediario para exponer esos artistas en los Estados Unidos, particularmente en la celebre Galleria 291 de Nueva York, que tenia Stieglitz a su cargo.

Durante la Primera Guerra Mundial, Steichen fue fotógrafo del ejercito del aire y de la marina, una actividad que iba a transformar radicalmente su estilo fotográfico. La precisión exigida en las tomas aéreas agudizó su mirada y le enseñó a apreciar la belleza de una fotografía directa, carente de manipulaciones.

En 1923, Steichen ingresó como fotografo jefe a la editorial CondéNast, donde fue especialmente responsable de las revistas de moda “Vanity Fair” y “Vogue”. El artista fue uno de los fotógrafos de moda y retratistas mejor pagados de su época. Después de la Segunda Guerra Mundial, Steichen, que tenia 67 años, inició una segunda carrera: fue nombrado director del Departamento de Fotografía del Museo de Arte Moderno de Nueva York, donde organizó una gran numero de exposiciones. “The family of Man”, que no solo representaba un concepto del arte fotográfico, sino también un ideal moral, le aportó un éxito mundial. La exposición estaba llamada a ser “un espejo de la unida fundamental del hombre en el mundo entero”.

sábado, 6 de enero de 2007

El Nadaismo (Recorte de una pagina web)



E
l Nadaismo, se constituyó en los años 60 en la más irreverente propuesta literaria contra el ambiente cultural establecido, la academia, la iglesia y la tradición colombiana, acorde con varios movimientos vanguardistas que se gestaban de forma paralela en América latina y el mundo.
Liderado por Gonzalo Arango El Nadaismo reclutó a varios jóvenes de distintas regiones del país, quienes redactaron varios Manifiestos con sus propuestas y apreciaciones del entorno.
La muerte trágica de su fundador Gonzalo Arango y de varios de sus integrantes, hizo que el movimiento nadaista llegará a su fin de manera prematura dejando su iconoclasia como legado al parnaso literario colombiano.
Autores como Mario Rivero, Eduardo Gómez, Germán Espinosa, José Manuel Arango, Giovanni Quessep entre otros, marcharon cronológicamente con los nadaistas pero estética y literariamente mantuvieron su independencia e insularidad, tanto en sus vidas como en sus obras.



LA SALVAJE ESPERANZA/
GONZALO ARANGO (1931-1976)

Eramos dioses y nos volvieron esclavos.
Eramos hijos del Sol y nos consolaron con medallas de lata.
Eramos poetas y nos pusieron a recitar oraciones pordioseras.
Eramos felices y nos civilizaron.
Quién refrescará la memoria de la tribu.
Quién revivirá nuestros dioses.
Que la salvaje esperanza sea siempre tuya,
querida alma inamansable.


PALABRAS A UN AMIGO QUE SE LLAMA DIOS / Mario Rivero (1935-)

1962
un día cualquiera
los hombres han puesto en órbita
otra cápsula
El astronauta dijo que la tierra
es una bolita azul con tempestades
y que Tú no estabas ni dentro ni fuera
Crece el día
el estroncio 90 está en la respiración
está en la luz
cae sobre los burros y su carga de flores
Crece el día
El sol se estira en lenguas dulces
sobre el campo
quema la piel del agua y de los amantes
y un vaho de fornicación asciende
crece el día
Uno no se cansa de estar vivo
aunque se siga anudando la corbata
aunque se sienta el tableteo
de las ametralladoras
aunque la muerte caiga engordando la tierra
En fin amigo Dios
es 1962
en todos los almanaques
y pueblos oscuros siguen envueltos en su fiebre
construimos casas y bombarderos
que tienen extendidas bajo las alas
las ciudades que no conocemos
No tengo más que contarte
estoy solo como un recién llegado
tal vez me compre un elefantico
para regalarle a alguien
y aunque Tú no estés ni dentro ni fuera
te pido desde mis dientes de maíz
que nadie se vaya en el verano
Amigo Dios
Tú que hiciste el mundo en siete días
que de tu mano salieron
mansos valles y delgadas colinas
yo te pido por todos
los que no dicen nada
Te cuento desde este bosque
que nadie parece malo
cuando atraviesa una avenida
o piensa que fue niño
Yo los he visto amigo Dios corroerse
y descender como una avalancha
cuando el crepúsculo toma posesión de la ciudad
persiguiendo los días
que se les fueron uno tras otro
hacer el amor y luego sonreír
al secarse los órganos con una toallita de papel
inocentes y hostiles a la humedad de sus cuerpos
Limosnear constelaciones y veranos
sin saber que el mundo ya está viejo
bajo su apaciguamiento de eternidad
y que la bomba caerá
¿Caerá la bomba sobre la bolita azul?


EN LA EDAD SOMBRÍA / NICOLÁS SUESCUN (1937)

somos los hombres al borde del abismo
somos los hombres de la edad sombría
somos los hombres al borde del abismo
donde siempre hemos estado y estaremos
y no es abismo sino pantano espeso
somos los hombres de la edad sombría
más cerca del fin y lejos del principio
y no es abismo sino pantano espeso
donde siempre hemos estado y estaremos
hundiéndonos cada vez más hondo
en la densa manigua de la edad sombría.




viernes, 5 de enero de 2007

El por que, el para que.

Aprovechando las características de este medio, me parece interesante publicar textos que por diferentes cuestiones pasarían inadvertidos al lector. Hay muchas paginas que los años y el prejuicio han sepultado. Es cuestión de ir rastreando nombres, pasarse tarde en cajones de libros usados e ir separando lo que a pesar de las décadas sigue siendo importante.

Si usted desea cooperar, envíe al mail jaelvaldivia@gmail.com.

Por sus futuros comentarios, gracias.

P.d: El titulo del blog es un homenaje al cantautor uruguayo, Leo Masliah. Si no lo escuchó: Escúchelo.