miércoles, 25 de abril de 2007

Hojas Perdidas

El primer y unico silabario que tuve fue comprado en una feria, entre los kilos de fruta y pescado en oferta. En la portada había un niño y una niña leyendo el silabario que tenía en mis manos. Daba envidia no poder descifrar el secreto.

Primero las vocales, luegos frases simples, se avanzaba hasta el premio mayor: los cuentos al final del libro. No conozco a nadie que no se haya conmovido ante "La Codicia" o "Carta de un niño a un amigo", las primeras lecturas siempre serán especiales porque las recorría el asombro.

Las paginas aqui escogidas se recomienda leerlas lento, juntando las letras, aspirando el aire suavemente, recien se está comenzando, queda todo el tiempo del tiempo para las palabras.

La canción del trencito, va dedicada.